A Enrique IV y su afición a la caza se debe la primera construcción de lo que más tarde se convertiría en sede temporal de la Corte española, una Casa de la Caza y una ermita a San Ildefonso. Estas construcciones pasarían a ser propiedad de los monjes jerónimos del Monasterio del Parral de Segovia.
Posteriormente en el año 1477 los Reyes Católicos donaron la Casa Real de San Ildefonso a la misma comunidad de religiosos que sobre estos terrenos construyeron una hospedería y una Granja.
Con los dos nombres se conoce hoy el municipio. La Granja o San Ildefonso designan el ligar elegido por el primero de los Borbones (Felipe V) para retirarse de las obligaciones del Estado. Felipe V (Duque de Anjou) compra en el año 1720 la Granja, la ermita y todos los terrernos colindantes a los padres Jerónimos, con la intención de construir una residencia alejada de la corte.
En el año 1724 abdica el rey en su hijo Luis I y en ese mismo año finalizan las obras del palacio, pero la prematura muerte de su heredero en Agosto del mismo año hacen que Felipe V no pueda disfrutar de su anhelado retiro.
El pretendido palacio de retiro se convierte en sede de la Corte, lo que supuso la construcción de numerosos edificios colindantes para albergar a todo el séquito real: ministros, chambelanes, edecanes y palafreneros.
Durante el reinado de Carlos III, el Real Sitio de la Granja o San
Ildefonso adquiere su caracter definitivo al consolidarse el trazado
urbanístico de este conjunto barroco habitado por una población
aristrócata en auge que bulle en torno a la residencia veraniega del
monarca.
Y a partir de aquí, la historia de un rincón de ensueño, de una delicada filigrana de la imaginación, derá también la historia de la Gran Historia de España. Este sueño de unos monarcas ilustrados que recreaban el lugar perfecto para practicar la gran aventura de vivir, será el lugar en el que contraerá matrimonio Carlos IV con Maria Luisa de Parma, donde se firma el Tratado de San Ildefonso, donde Fernando VII, moribundo, deroga de la pragmática Sanción, donde se sublevan los sargentos de la guarnición de palacio (1836) obligando a la reina María Cristina a restablecer la Constitución de 1812.
La Granja es barroca, es palaciega, sustituye la austeridad de las construcciones medievales por el sinuoso contorno del barroco, el desbarajuste de las construcciones del siglo XII por un plan ordenado de urbanismo, el horizonte orgulloso y plano de Castilla, por una exhuberante vegetación que hace estallar la vida en cada rincón.
Aquí podremos disfrutar de la belleza de sus monumentos:
Y a partir de aquí, la historia de un rincón de ensueño, de una delicada filigrana de la imaginación, derá también la historia de la Gran Historia de España. Este sueño de unos monarcas ilustrados que recreaban el lugar perfecto para practicar la gran aventura de vivir, será el lugar en el que contraerá matrimonio Carlos IV con Maria Luisa de Parma, donde se firma el Tratado de San Ildefonso, donde Fernando VII, moribundo, deroga de la pragmática Sanción, donde se sublevan los sargentos de la guarnición de palacio (1836) obligando a la reina María Cristina a restablecer la Constitución de 1812.
La Granja es barroca, es palaciega, sustituye la austeridad de las construcciones medievales por el sinuoso contorno del barroco, el desbarajuste de las construcciones del siglo XII por un plan ordenado de urbanismo, el horizonte orgulloso y plano de Castilla, por una exhuberante vegetación que hace estallar la vida en cada rincón.
Aquí podremos disfrutar de la belleza de sus monumentos:
El Palacio Real de San Ildefonso:
Después de que Felipe V comprara los terrenos a los Jerónimos, se le encargó al arquitecto Mayor Teodoro Ardemans se le encarga la adaptación de la antigua Casa de los Jerónimos en residencia real y una vez finalizada, Felipe V decide levantar una construcción de nueva planta dando comienzo las obras del nuevo palacio en Abril de 1721. El 27 de Julio de 1723 se bendijo el palacio aunque la finalización del conjunto no se produce hasta 1761 siendo rey de España Carlos III.
Los Jardines Reales:
Los jardines del Palacio ocupan una extensión de seis kilómetros y según opiniones están inspirados en los de Versalles aunque nadie se atreverá a negar la personalidad propia de los de la Granja en los que se fusionan los parterres, la arquitectura natural y el bosque. Contienen una enorme colección de fuentes con juegos de aguas enmarcadas por espesas arboledas a cual más atractivas.
Las fuentes de los Jardines Reales:
En la Granja existen ventiseis fuentes monumentales, todas ellas basadas en la mitología clásica, aunque nunca han faltado fantásticas historias populares sobre cada una de las culturas que relatan mezcolanza de deseos, trazos humanos, miedos presentidos, ...
Algunas de estas fuentes son la de La Selva, La Carrera de Caballos, La Cascada Nueva, La Fuente de los Vientos, la de los Vientos, de los Dragones, de las Ocho Calles, del Canastrillo, de las Ranas, de los Baños de Diana y la de la Fama.
También es destacable el gran lago, conocido como El Mar, creado en la parte más alta del parque, de cuyas aguas se nutren la mayoría de las fuentes.
En el mes de abril comienza la temporada de funcionamiento de las fuentes ornamentales. Podéis descargaros la información de horarios y días en los que podréis disfrutar de este magnífico lugar. Horarios del Palacio Real en la Granja
La Real Colegiata:
Construida
por Teodoro Ardemans como Capilla Real se erigió poco después como Real
Colegiata de la Santísima Trinidad. La capilla de las Reliquias alberga
un monumento funerario donde yacen los cuerpos de Felipe V e Isabel de
Farnesio.
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